La de Nacho Gonzalez la apoyé y me alegré en su momento.
El tipo la había descosido en aquel partido que perdimos en Brasil (eliminatoria para el 2010), más que cualquier otro volante uruguayo que haya visto jamás.
De hecho creo que ese fué el mejor partido que le ví a una selección uruguaya en mi vida (de visitante). Nos dieron vuelta el partido de culo, y un poco gracias a Carini.
Pero el tal baile se comió Brasil. Y no fueron unos minutos, sino prácticamente todo el partido.
Y el crack en ese partido fué Nacho Gonzalez. Fué como un descubrimiento.
Si podía seguir jugando así teníamos a nuestra propia bruja Verón, y mejor.
Pero resulta que solo fué el partido de su vida. Una casualidad.
Después nunca más sirvió, siempre roto, etc...